LA MALDITA CRÍTICA A FLORENCE FOSTER




La gran Florence Foster Jenkins nació en Pennsylvania en el 1868. Estudió música desde antes de nacer –si esto es posible-, me refiero a que hay almas que parecieran haber sido privilegiadas con un don, y es que su gran deseo desde niña, fue cantar y convertirse en la mejor “prima donna” de la historia, muy pronto se dio cuenta que era casi imposible, por aquello de las malditas formas de lo que debe ser. Y pues su biografía la pueden encontrar en el nuevo dios “Wikipedia” –Manu dix-it, chale, no sé si se escribe así-.

A Florence Foster se le conoce también como “LA GLORIA DE LA VOZ HUMANA”. Esto me recuerda una crítica que leí hace algunos años, sobre la voz de las sopranos y sobre todo de las sopranos wagnerianas o dramáticas –es el tipo de soprano-mezzo, que tiene un sonido oscuro, y a la ves mezzosopranico, son las voces enormes, maravillosas, excitantes, con un centro riquísimo, graves soberbios pero cortas de agudos, aquí podemos recordar a la increíble Bigirt Nilsson-, en donde el crítico, el cual se autonombraba así: “yo como varios críticos” de ópera -ja, pobre maestro del buen gusto-, pensamos que –el nombre de una soprano- no tiene el tamaño para representar el papel principal –baaahh, basura-, porque carece de aspectos técnicos y físicos.

Qué dirían esos maestros del buen gusto, de la grandiosa Florence Foster, y es que LA GLORIA DE LA VOZ HUMANA, es precisamente esa que llega a los hombres aunque carezca de voz, esa que se trasmite con los hechos, que llega con el ímpetu, con la disposición, con el corazón dispuesto a dar la lucha ante cualquier idiota –aunque los idiotas sean casi todos-.

Ella se colocaba entre las grandes sopranos de su época, aunque los “críticos” –que calificativo tan desprestigiado en nuestros días, habría en todo caso que recuperarle- la apabullaban, la tachaban de loca, la destrozaban y la consideraban como un payaso de las salas de ópera. Pobres críticos Sanchopanzanezcos, que veían molinos en donde había gigantes.

Son evidentes las diferencias entre María Callas o Bigirt Nilsson ante Florence Foster, las primeras, grandes sopranos entre las grandes sopranos, la otra, Florence Foster, LA GLORIA DE LA VOZ HUMANA, grande mujer entre los grandes hombres, lleva el grito, el anhelo, la lucha de cualquier gran hombre ante la imposición, pelea ante la idiotez, y así, gana su lugar, gana su inmortalidad, no por un don físico, sino por un don espiritual que no se le regala, sino que tiene que ganar luchando siempre.

Aun hoy causa risas, pero ella las disculpa, pues no vale la pena pelear ante los que ríen para desesperadamente ocultar su ignorancia. Florence formaba parte de ese escuadrón de LOCOS que tienen por lema lo que alguna vez dijo Florence: "La gente puede decir que no sé cantar, pero nadie podrá decir nunca que no canté".

Florence murió a los 76 años, y aunque hay teorías que afirman que los 32 años de carrera de Florence fueron sólo una broma, a mi parecer, ella vivió, murió y seguirá viviendo con el mismo convencimiento, fe en la lucha y caridad hacia los idiotas que sólo ríen.


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